Hace poco encontré este relato que en su día me envió Lucas y que daba por perdido. Por desgracia muchas

fotos y artículos desaparecieron hace unos años por el problema que tuvimos con el servidor donde se hospedaba

la web de Sinués. Por eso me ha hecho mucha ilusión encontrar este artículo.

Se trata de la caminata que hicieron, desdeZaragoza a Sinués, Chesús, Lucas y Marcos. No recuerdo el año,

pero debió de ser a principios de este siglo. Lamentablemente no he encontradolas fotos con las que se ilustraba

el artículo. Espero que Lucas conserve buena memoria, también las fotos, y podamos completar este recuerdo.

Ahí va.....................

 

Nuestro amigo Lucas nos manda este bonito relato de la caminata que realizaron esta Semana Santa.

Espero que cunda el ejemplo y se haga popular la ruta................................

Amigo Luis: 
   Te remito las pruebas fotográficas de que al menos en la ermita de 
   Marcuello y en la mesa de orientación del Monasterio de San Juan de la Peña,
   estuvieron los caminantes, además del testigo presencial de llegada a Santa 
   Cruz de la Serós, en la persona de Fermín, que tuvo el gran detalle al menos 
   por mi parte inolvidable de acercarse hasta ese punto y poder charlar y 
   tomar unas cañas con él. 
   Para el resto de las pruebas deberás consultar en Peñaflor, en el bar del 
   pueblo; lugar del primer almuerzo de cuchillo y tenedor; en San Mateo, en el 
   bar El Camino, lugar de reposo y refresco de cerveza a la vera del canal y 
   donde comimos en la primera etapa, ya con 34 o 35 kms de carretera en los 
   pies y con un calor de justicia alcanzamos Zuera, pero lamentablemente los 
   pinos que hay junto al cerrado restaurante de las Parras, no podrán 
   justificar nuestro paso por tan decisivo punto, que decir del polígono 
   industrial que se encuentra en el lado derecho de la autovía y en el que 
   apenas reparas cuando vas sobre cuatro ruedas, o los cañizos u juncales que 
   existen en esa zona húmeda antes de cruzar por debajo la autovía y tomar 
   camino de Ontinar, y donde por cierto, Chesus y Marcos lograron tirar por 
   tierra el Principio Fundamental de que el camino más corto entre dos puntos, 
   no es la línea recta, sino el puro y duro arcén de la antigua carretera 
   nacional. 
   Por fin, llegada al final de etapa en la villa de nueva creación de 
   ONTINAR, hostal Pirineos, donde la amabilidad de nuestras hermanas rumanas 
   lograron calmar nuestra sed, hidratar nuestros sudados y sucios cuerpos y 
   procurar alimento y descanso a nuestros cuerpos. 
   Sabado, inicio de marcha por carretera a lo largo de campos de cereal 
   regados mediante acequias pensadas en tiempos de nuestro insigne pequeño 
   gallego, llegada a GURREA DE GÁLLEGO (no de gallego), convencemos a Chesus 
   para que cambie a las 9h10 su petición de un "cortao" por "un par de huevos 
   con jamón" regado con tinto peleón para engrasar los ejes y avanzamos por el 
   desierto, dejando a nuestra izquierda el antiguo trazado del tren que 
   debemos encontrar en las proximidades de Ayerbe y avanzamos por la PR95 (a 
   que suena importante lo de la PR), dejamos el embalse de la Sotonera a 
   nuestra derecha y hacemos una comida campestre en el Carrascal, siesta 
   incluida que el sibarita de Marcos realiza envuelto en su hermosa toalla de 
   baño, siempre ha habido clases; continuamos camino y rebasamos el castillo 
   d'Artasona antes de llegar al castillo de Turuñana donde se unen los dos 
   ramales del ff.cc., San Mitier, a cuyas faldas encontramos un pastor, 
   verdadero artista de las distancias, que afirmó con rotundidad que la villa 
   de Ayerbe se encontraba a 3 kilómetros, el error cometido y la intención 
   puesta en tal aseveración, nunca sabremos si se debió a intentar insuflar 
   moral al trio peatonal o si se trataba de un error de concepto sobre los 
   metros que forman un kilómetro y que en su caso deben estar entre 1500 y 
   1700 metros. 
   Después de pasar Fontellas y beber agua en su fuente cerrada, alcanzamos 
   la ciudad carnicraba, alojamiento en la "Antigua Pensión El Pilar" junto a 
   la torre San Pedro, cerveza en la plaza con un gris que nos echa 
   directamente de la terraza al "Casino d'Aerbe", sopa caliente para cenar y a 
   la cama. 
   Domingo lluvioso, capa desde la salida y camino de Sarsamarcuello, 
   despista subida y bajada a los barrancos, salida a carretera y al fin las 
   señales roja y blanca de la PR95 que nos lleva a Sarsamarcuelo, niebla para 
   que no falte de na subiendo a las alturas, parada en la ermita de Marcuello 
   para almorzar, encender fuego y podernos sentar en algo que no esté 
   empapado. 
   Pasamos por detrás de los Mallos de Riglos y el mirador de los Buitres, 
   sin poder gozar del paisaje, ya que la niebla no nos dejaba ver nada más que 
   el camino que pisábamos, descenso para salir por la Foz de Escalete a la 
   vista del pantano y el pueblo de A Peña, bocata a las 13 porque no era hora 
   de comer en plato y seguimos marcha hasta Ara que llegamos a las 16, y con 
   ganas de meternos en la cama por los males varios que arrastrábamos además 
   de los kilos de barro del paisaje que pisábamos. 
   Ante la imposibilidad de alojarnos en Ara, iniciamos con gran ardor el 
   camino hacia Botaya y cuya duración estimada es de 2 horas, constando así en 
   los tableros, pero posiblemente empujados por la cerveza de Ara, el "apoyo 
   moral insuflado por la pareja de habitantes que había en el bar" y como no 
   la "mala leche propia" hizo el milagro de alcanzar la meta en Botaya en 1,40 
   horas, eso si, después de innumerables patinazos y algún revolcón. Albergue 
   que semejaba el paraíso, ducha, cena y habitación de ocho para los tres 
   peatones. 
   Lunes, despejado, después de un buen desayuno y con nuevas fuerzas salimos 
   por carretera hasta enlazar la PR que lleva al Monasterio, fuerte subida que 
   superamos sin problemas, para podernos hacer a las 9,30 las fotos del 
   mirador, descenso a Santa Cruz, hubo uno que la bajó como el pirata (el de 
   la pata palo), hasta el extremo que sus compañeros se plantearon lo de la 
   amputación, no llevándola a cabo por carecer de fuego para cauterizar la 
   herida. No obstante como hacia bajo hasta la mierda corre, llegamos los tres 
   para encontrarnos con Fermín, ver la iglesia, subir al campanario y tomar 
   cerveza, para llegar a Esculabolsas donde comimos y emprendimos por Ascara 
   el camino ya conocido por todos vosotros, alcanzando la meta final a las 18 
   horas del glorioso lunes 21, comprobando con envidia que ya estabais la 
   mayoría gozando del trabajo bien hecho. 
      
   Un saludo,

Lucas